Movilidad urbana sostenible: todo lo que necesitas saber
Se calcula que actualmente más de un 75% de la población europea vive en ciudades. El dato sube hasta sobrepasar el 80% si nos fijamos en España. Si tenemos en cuenta que, de todas esas personas, muy pocas son tan afortunadas como para poder ir a trabajar, estudiar o a realizar sus actividades de ocio andando, nos encontramos con que el transporte juega un rol fundamental para la movilidad. Por ese motivo el transporte sostenible es imprescindible para el bienestar de las personas que habitan las ciudades, ya que es en ellas donde se concentra una gran parte de la contaminación ambiental.
Pero, ¿de qué estamos hablando cuando hacemos referencia a los planes de movilidad urbana sostenible? Fundamentalmente a aquellas medidas que buscan mejorar los problemas que surgen derivados de una mala gestión del transporte en esas ciudades abarrotadas de personas. Estas mejoras pasan por optimizar el servicio, disminuir el impacto medioambiental y desarrollar una forma de desplazarse más eficiente.
Si la bicicleta es el top de la movilidad sostenible, el transporte público es la opción más democrática. En este caso se depende de políticas públicas que acompañen a este transporte, como son un buen servicio, una red que cubra todas las zonas necesarias, frecuencia adecuada a las necesidades de los viajeros y un precio asequible acorde al nivel de vida de la ciudad.
En el transporte público se deben primar las opciones donde se utilicen energías más limpias, por ello el metro o el tranvía siempre serán mejores opciones que los autobuses que funcionen con combustibles fósiles.
Con todo esto, hay que tener en cuenta que la prioridad en las ciudades son las personas y no los vehículos, y que todas las políticas deben estar orientadas a su bienestar.
¿Cómo se hace un plan de movilidad urbana sostenible?
Hay que empezar conociendo los retos en esta área que enfrentan las ciudades. En este informe de Ecologistas en Acción listan los seis siguientes:
- Envejecimiento de la población
- Frenar el modelo territorial alejado
- Frenar el cambio climático
- Mejorar la calidad del aire
- Disminuir el ruido ambiental procedente del tráfico
- Disminuir la siniestralidad
Posiblemente no sea todo, pero sí un lugar por dónde empezar. Ya hay muchos municipios que tienen su propio plan de movilidad urbana sostenible. El hecho de que sean propios de cada localidad los hace más ajustados a la realidad pero también muy variados y dispares.
El ejemplo de Barcelona: las superislas al rescate
No hablamos todavía de que Barcelona está sumergida por la elevación del nivel del mar por el cambio climático y solo quedan islotes, no.
Se trata de un proyecto que prioriza una pacificación de calles donde el peatón y la movilidad sostenible tienen el peso principal, se incrementa el verde y se favorece la interacción ciudadana y el comercio. Las del Poblenou, Sant Antoni y Horta son experiencias consolidadas que han mejorado indicadores como la contaminación -un 33% menos de NO2 en el cruce Borrell/Tamarit, en la de Sant Antoni- y la actividad comercial -20 establecimientos nuevos en planta baja en la del Poblenou, un 30,7% más-.
Han sabido aprovechar hasta la crisis sanitaria, que ha puesto de manifiesto la necesidad de cambiar el paradigma y el modelo de espacio público existente. Ya no hay vuelta atrás, hemos tomado conciencia de la importancia de ubicar la salud como un eje central de las políticas urbanas en general y específicamente en las políticas urbanísticas tomando conciencia también de la emergencia climática.
En resumen, las superislas o supermanzanas son agrupaciones de nueve manzanas, en las que el tráfico queda restringido a las calles exteriores, de modo que toda la zona interior queda libre para peatones y ciclistas.
Y como dato extra, un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona estima que si se creasen las 503 posibles supermanzanas que se han planteado a lo largo y ancho de la ciudad, habría 230.000 viajes menos en vehículos privados a la semana, ya que la gente se serviría del transporte público y las bicicletas o caminarían.
Los ODS y la movilidad urbana sostenible
La movilidad sostenible es una herramienta indispensable para lograr muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero su relevancia destaca significativamente en el Objetivo Número 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles. De hecho, tiene una meta específica dentro de los ODS.
“De aquí a 2030, se deberá proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial, en particular mediante la ampliación del transporte público, prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad.”
Las Naciones Unidas establecen que una “movilidad restringida es un componente fundamental de la exclusión social y un factor decisivo en la desigualdad y la pobreza”. Por ello, y para hacer de nuestras ciudades lugares más sostenibles (ODS11), debemos garantizar el acceso a la movilidad sostenible. Se debe dejar de contemplar la movilidad solamente como un sistema cuya única función es transportar (cosas o personas) y entenderla como una oportunidad para las personas y las ciudades de ser más sostenibles y amables.
¿Qué ejemplos de movilidad sostenible conoces? ¿Se te ocurre alguno? ¡Crea tu propia iniciativa de movilidad urbana! Puedes hacerlo en nuestro apartado de Iniciativas Sostenibles y seleccionar si es un proyecto o convocatoria.
Estamos deseando leeros mientras damos un saludable paseo por la ciudad.