Las R de la economía circular
Pasar de una economía lineal a una economía circular es una alternativa mucho más sostenible para el medio ambiente que, además, nos permite aprovechar mejor los recursos naturales que tenemos a nuestro alcance.
Por ello, reciclar se convierte en uno de los pilares de este tipo de sistema, pero… ¿Qué otros elementos hay que tener en cuenta?
En este punto es donde entran en juego las siete ‘R’ de la economía circular: reflexionar, rechazar, reducir, reutilizar, reparar, reciclar y recuperar.
Reflexionar
Los consumidores tienen el poder de reflexionar sobre aquellos temas que les preocupan, han de ser críticos con las acciones que les afectan ya sea directa o indirectamente.
Reflexionar se trata de esto, de pensar qué cambios hacer para cuidar del planeta. ¿Qué decisiones podemos tomar en el día a día para disminuir el impacto medioambiental?
Un cambio importante podría ser utilizar el transporte público para ir a trabajar en lugar de ir en coche. O, incluso mejor, ir a trabajar en bici, una alternativa más sostenible y buena para la salud.
Rechazar
Muchas veces aceptamos cosas gratis o muy baratas por el simple hecho de que apenas nos está costando dinero. No obstante, con esto lo único que generamos es más residuos. ¿La razón? Sencillamente la ley de oferta y demanda.
Las empresas que distribuyen este tipo de productos aumentan su producción si la gente los acepta. En cambio, si se rechazan porque no las necesitamos, no los vamos a utilizar o porque somos consumidores concienciados, las empresas deberán reducir su producción, explotando menos recursos.
Reducir
Actualmente existe un alto porcentaje de desperdicio alimentario, un exceso de producción en la moda, así como una gran acumulación de residuos, perjudicando de esta manera tanto la naturaleza como a la fauna.
Para evitar todo esto, tenemos y debemos reducir nuestro consumo. Vivimos en una sociedad consumista, pero está en nuestras manos demandar solamente lo que necesitamos y lo que vamos a consumir.
Reutilizar
Alargar la vida útil de algo que ya esté fabricado será mejor que desecharlo, ¿no?
¿Cómo se puede hacer esto? ¡Fácil! Reutilizando materiales para la decoración de nuestra casa, para hacer manualidades con los más pequeños o, simplemente, para utilizarlos como almacenamientos de otras cosas.
Por ejemplo, se pueden utilizar botes de cristal para guardar en ellos alimentos secos como especias, legumbres o arroz. Además, esto ayuda al ahorro doméstico ya que estamos evitando comprar productos específicos e innecesarios.
Reparar
A menudo compramos cosas nuevas porque nos da pereza arreglar las que ya se tienen y esto es un gran error. Seguramente, repararlo salga mucho más barato y, si no, solo hay que ver el caso de los coches. ¿Hay que comprar un coche nuevo cada vez que se avería el que ya tenemos? ¡Es una locura!
Reparar todo aquello que esté en nuestras manos, no solo nos ahorrará dinero, también ahorraremos en materias primas y reduciremos los residuos.
Reciclar
Aprender a separar los residuos correctamente es esencial. El vidrio, por ejemplo, es uno de los materiales que se puede reciclar infinitas veces para hacer nuevos productos más sostenibles.
Sin embargo, para reciclar el cristal no se puede introducir en los contenedores verdes. De hecho, esto solo afecta negativamente al proceso de reciclaje. ¡El cristal hay que llevarlo a un punto limpio!
Recuperar
Recoger los materiales que hayan sido usados y desechados para introducirlos de nuevo en el sistema. Por ejemplo, la utilización de los residuos orgánicos para convertirlos en abono natural, o la biomasa como energía alternativa y ecológica.
Recuerda, como consumidor el primer paso para un mundo más sostenible está en tus manos. ¿Incluirías alguna otra “R”?