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Movilidad Urbana. Planes Para Un Futuro Sostenible

Movilidad Urbana. Planes Para Un Futuro Sostenible

La movilidad urbana en las ciudades ha cambiado mucho en los últimos años. Aunque los coches siguen siendo el principal medio de transporte, cada vez hay más alternativas a disposición de la ciudadanía. 

El principal motivo que ha motivado estos cambios ha sido la sostenibilidad y la salud, con el objetivo de mejorar la calidad del aire de las ciudades y de vida de las personas que viven en ellas. 

 

¿Qué es la movilidad urbana? 

Antes de explicar en más detalle cuáles han sido estos cambios en la forma de desplazarse, vamos a sentar las bases de la movilidad urbana.  

La definición de movilidad urbana incluye todo el conjunto de desplazamientos que se realizan en las ciudades, sean de personas o mercancías, en transporte público o privado, motorizados o no. 

Estos desplazamientos pueden servir para ir a trabajar, para ir a estudiar, para el ocio, para transportar mercancías o para llevar a cabo las actividades diarias de las personas, y son vitales para la economía de una ciudad. 

Por este motivo, la movilidad urbana es un aspecto muy importante en cualquier ciudad y su planificación y gestión debe ser prioritaria para cualquier ayuntamiento. 

 

Tipos de movilidad urbana 

Como hemos mencionado, la movilidad urbana incluye desplazamientos de varios tipos. Entre ellos encontramos: 

  • Movilidad peatonal 
  • Transporte privado: coche, moto, furgoneta 
  • Transporte público: metro, tren, autobús, tranvía 
  • Transporte activo: bicicleta, patinete sin motor, patines 
  • Transporte de mercancías: camión, furgoneta 
  • Vehículos de movilidad personal: patinete eléctrico, bici eléctrica, segway, hoverboard 
  • Transporte privado de personas: taxi, vehículo de transporte con conductor (Uber, Cabify), bicitaxi 

En algunos casos, estos sistemas de movilidad pueden situarse en diferentes tipos según su función, como puede ser la moto o la bicicleta que pueden ser usadas como vehículos de transporte privados o de mercancías para trayectos cortos. 

 

 

La sostenibilidad en la movilidad

Muchas de estas inicitavias han aparecido en los últimos años, añadiéndose a los medios clásicos ya existentes como el coche, la moto, la bicicleta, el tren, el autobús, el tranvía y el metro. 

En gran parte, estos nuevos medios de transporte obedecen a uno de los motivos mencionados al principio: la sostenibilidad. La emisión de los vehículos de combustión es una de las causas que contribuyen al cambio climático, así como favorecen la contaminación del aire urbano. 

Muchas de las grandes ciudades europeas tienen calidades del aire mejorables y solo aquellas que apuestan por una movilidad más respetuosa con el medio ambiente tienen unos niveles de contaminación bajos. 

Además, los niveles altos de contaminación también afectan a la salud de la ciudadanía y se han realizado numerosos estudios que demuestran la vinculación entre el aire contaminado y el aumento de enfermedades respiratorias en zonas urbanas. 

Hay numerosos componentes que contaminan el aire, pero uno de los más destacados son las partículas finas (PM2,5). La Organización Mundial de la Salud considera que la concentración máxima recomendable de PM2,5 sea de 5 μg/m3 y, tal y como se ve en este mapa interactivo, muy pocas ciudades se encuentran por debajo de este umbral. 

 

La pirámide de la movilidad urbana 

Para hacer frente a esta problemática se ha producido el mencionado cambio en la movilidad urbana. La sostenibilidad, la salud, el cambio de hábitos y la concienciación de la ciudadanía han obligado a muchas ciudades a cambiar la planificación de la movilidad y a cambiar sus prioridades. 

Mientras que antes se centraban los planes en favorecer la circulación de los vehículos motorizados, ahora se centran en otros medios de transporte que tienen en cuenta otros criterios como la eficiencia energética, el medioambiente, la igualdad social, la siniestralidad, etc. 

Así, se ha creado una estructura llamada la pirámide de la movilidad urbana, que es una especie de pirámide invertida que ordena a los actores de la movilidad urbana según la prioridad que se les debe otorgar en la planificación del sistema de movilidad.

Así, encontramos, de más prioritario a menos prioritario: 

  • Peatones 
  • Ciclistas 
  • Transporte público 
  • Distribución urbana de mercancías 
  • Vehículo compartido 
  • Vehículos particulares 

Así, el uso del vehículo privado usado de forma individual queda relegado en el último cajón al ser el medio más contaminante, mientras que caminar es el medio más sostenible. 

 

 

Movilidad urbana sostenible 

La pirámide de movilidad urbana deja clara la necesidad de una movilidad urbana sostenible, con una mayoría de desplazamientos llevados a cabo por medios que no emiten gases contaminantes y que, si puede ser, contribuyan a una mejor salud gracias la realización de actividad física. 

En este sentido, caminar, ir en bici o ir en patines son ejemplos de este tipo de movilidad que fomenta la salud y contribuye al medio ambiente. Pero está claro que no todo el mundo se puede desplazar de esta forma, así que es necesaria la presencia de otros medios de desplazamiento que también contribuyan a la sostenibilidad.  

Una de las opciones más fáciles y que ya usan muchas personas es el transporte público. El metro, el tren y el tranvía son medios de transporte que permiten el desplazamiento de muchas personas, a la vez que no generan emisiones al estar impulsados por electricidad. 

El autobús, por otra parte, también es un sistema viable y cada vez más sostenible gracias al cambio hacia vehículos que no queman combustibles fósiles y, por tanto, no contaminan. 

La otra opción que puede usar la ciudadanía son los vehículos eléctricos, sean coches y motos o los vehículos de movilidad personal que hemos mencionado más arriba. 

 

Movilidad eléctrica urbana

La electrificación de los desplazamientos es uno de los caminos hacia una menor contaminación en las ciudades, aunque a costa de mayores consumos de electricidad. 

El uso de coches y motos eléctricas facilitan la transición hacia ciudades más limpias gracias a la disminución de sus emisiones. Pero, al mismo tiempo, no solucionan otro de los problemas con los que se encuentran muchas ciudades: los atascos. 

Para solucionar este fenómeno encontramos los vehículos de movilidad personal (VMP), como las bicis y los patinetes eléctricos.

Su auge ha sido muy reciente y cada vez es más habitual ver a gente moviéndose con alguna de las variantes existentes de VMP. El inconveniente que tienen estos sistemas es la falta de regulación existente y el poco civismo que muestran a la hora de circular. Este motivo ha hecho necesaria la creación de normativas que limiten las zonas por donde pueden circular estos vehículos. 

 

 

El futuro de la movilidad urbana 

No hay ninguna duda de que la sostenibilidad y la salud serán los motores que guíen la planificación de la movilidad urbana en un futuro cercano.

Cada vez hay más limitaciones al acceso en vehículos particulares a las ciudades, con el ejemplo paradigmático de las zonas de bajas emisiones o las recientes normativas europeas para el fomento de los vehículos eléctricos. 

A su vez, muchos ayuntamientos están potenciando la presencia de carriles bici y de calles pacificadas para reducir el uso del coche y la moto y potenciar otros medios como la bicicleta, el transporte público o caminar.  

Desde Ecólatras pensamos que estos cambios no son fáciles de aplicar y es necesaria la cooperación de todos los sectores de la sociedad. Por suerte, hay ciudades que sirven como referencia a la hora de aplicar medidas para dirigirnos a conseguir ciudades más sostenibles. Solo es necesario seguir sus pasos para lograr movernos sin dañar nuestra salud ni el medioambiente. 

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