¿Qué es la economía circular?
La economía circular propone el abandono del actual modelo económico de producción lineal, que extrae materias primas para hacer cada vez más productos que se utilizan y se eliminan. Este modelo del "usar y tirar" es insostenible para el medio ambiente, en un planeta de recursos finitos, y cuyos impactos son cada vez más evidentes: sobreexplotación de los recursos naturales, cambio climático, contaminación, aumento de los residuos, pérdida de biodiversidad, etcétera.
Para hacer frente a estos graves problemas ambientales, económicos y sociales, la economía circular se basa en la naturaleza, donde los residuos se transforman en recursos, y así se ahorra en materiales y energía y se evita la acumulación de basura. Es un ciclo circular perfecto. Por tanto, en la economía circular los residuos no son algo inútil de lo que hay que desprenderse, sino un producto que se aprovecha, un recurso útil y de valor. Además, el consumo de energía se reduce al mínimo y se potencia que provenga de fuentes renovables, como el sol o el viento.
Evolución y desarrollo de la economía circular
La economía circular no es algo abstracto, o algo que solo está en manos de las instituciones y las empresas, porque todos podemos incorporarlo a nuestra vida diaria y contribuir así a que se extienda: consumir solo los productos que realmente necesitamos, evitar los productos de usar y tirar, o de mala calidad (lo barato sale al final caro), o hacer un consumo sostenible de productos que se puedan luego reparar para alargar su vida útil. Asimismo, se puede optar por compartir los productos, por adquirirlos de segunda mano, o incluso intercambiarlos o regalarlos para que se puedan aprovechar al máximo.
Y cuando los productos han llegado al final de su vida útil llega el turno del reciclaje. Un ejemplo claro es el vidrio: es un material que se recicla al 100% y tiene infinitas vidas, ya que no pierde sus propiedades, de manera que con una botella de vidrio reciclada se puede hacer otra igual. La suma de pequeños gestos hechos por millones de personas se convierte en un gran gesto con capacidad de cambiar las cosas.
Además de positiva para el medio ambiente, la economía circular también es buena para el empleo: según estimaciones de la Unión Europea (UE), podría generar unos dos millones de puestos de trabajo en Europa en 2030. Asimismo, las empresas reducen costes y se vuelven más competitivas y con mayor capacidad de enfrentarse a las crisis.
El concepto de economía circular se apoya en otro con el que va de la mano: el ecodiseño, o el diseño de los productos y los servicios pensando también en el medio ambiente. Para ello se tiene en cuenta todo su ciclo de vida, desde que se extrae la materia prima hasta que se convierte en un residuo. De esta manera, se diseñan productos que duran más, que se pueden reparar fácilmente, que son 100% reciclables, etcétera. Al realizar una mejor gestión de los recursos, aumenta la eficiencia y se reducen los costes.
La economía circular se está ya impulsando entre los Estados miembros de la UE, y en este sentido España se ha comprometido a incorporarla a través de un Pacto al respecto