Vacaciones y viajes sostenibles
Ya hemos hablado sobre qué es el ecoturismo o turismo ecológico pero no es lo mismo que conseguir que tus vacaciones y las de tu familia o amigos sean sostenibles.
Podemos encontrar multitud de actividades que hacer en la naturaleza en verano, pero ¿cómo llegaremos hasta ellas? ¿Dónde dormiremos esa noche? Y una muy importante, ¿nos olvidaremos de reciclar en verano? ¡No!
Con olas de calor como la de este verano en Canadá y olas de frío como Filomena este pasado invierno empezamos a ver en la puerta de casa (vivas donde vivas) fenómenos extremos que se acrecientan e intensifican por el cambio climático. No podemos descuidarnos ni un milímetro ni siquiera en vacaciones.
¿Es posible el desarrollo turístico sostenible?
Más nos vale a todos, tanto a turistas como al propio sector. Según un informe elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) e IATI Seguros, es una tendencia que nos acompañará de ahora en adelante.
Cada vez hay mayor número de campañas, implicación de compañías, famosos e influencers que traen a la palestra la urgencia del cambio necesario constantemente.
De acuerdo a un estudio realizado por booking en 2019, el 54% de los turistas está de acuerdo en que hay que preservar los espacios naturales mediante la reducción del sobreturismo y pasar a visitar destinos sostenibles no tan conocidos. De hecho, en ese mismo estudio, más de la mitad de las personas que respondieron, se mostraron a favor de cambiar el destino que habían pensado originariamente a otro menos conocido por motivos ambientales.
Luchar contra el sobreturismo no pasa exclusivamente por no ir a sitios emblemáticos, sino por elegir otras fechas y otros modos de relacionarnos con el entorno, por ejemplo, eligiendo establecimientos, bares y guías locales.
Los viajes sostenibles no implican eliminarlo, con pequeños cambios que se van implantando de manera gradual conseguiremos la sostenibilidad en el turismo: conocer las emisiones de carbono de los transportes que utilizamos, o preocuparnos de alquilar un vehículo eléctrico en vez de uno convencional son algunos pasos que podemos dar en nuestras vacaciones ecológicas.
Cómo hacer turismo sostenible
Viajes sostenibles
El turismo rural sostenible suele ser de cercanía, algo que facilita bastante no preocuparnos demasiado de las emisiones de nuestro trayecto. Pero, ¿qué ocurre si vamos muy lejos? Posiblemente tendremos que coger un avión. Las emisiones que genera este medio de transporte son muy grandes y pueden preocuparnos, pero las distribuidoras y aerolíneas ya están pensando en cómo solucionarlo.
Parece cosa del futuro, pero ya existen los denominados combustibles sostenibles para aviación (Sustainable Aviation Fuel/SAF), capaces de propulsar sin problemas un Airbus A350 desde Madrid a Punta Cana. Aún no se utilizan de manera masiva, pero entra dentro de los planes del sector de la aviación para poder continuar operando a la vez que cumplen con los objetivos climáticos.
Y atención, porque ahora que los coches eléctricos están a la orden del día, Rolls Royce planea lanzar su primer avión eléctrico, el ACCEL. Para 2030 es factible que podamos montar en ellos.
Come sostenible
La sostenibilidad turística son datos, pero también conlleva que el propio turista no se sienta eso, turista, un mero espectador. Gran parte de vivir un lugar e impregnarte de su cultura es comer.
A los ecólatras no se nos olvida como comer saludable y ecológico, tampoco en vacaciones.
Sostenibilidad y turismo pueden ir de la mano en un momento de auge del turismo gastronómico. Bien lo saben en la Guía Repsol, que ha otorgado por primera vez el galardón Sol Sostenible a Eneko Atxa, de Azurmendi.
Este restaurante fue ya considerado el más sostenible según The World’s 50 Best Restaurants en 2018 ya que se esfuerzan ejemplarmente en incorporar los principios del desarrollo sostenible en sus operaciones.
Azurmendi está ubicado en Larrabetzu e integrado en la ladera de una colina plantada con viñedos autóctonos. Un edificio bioclimático singular que se ha convertido en un espacio integrado en la naturaleza que lo circunda, donde se conjuga el desarrollo sostenible y se trabaja la gastronomía como herencia recibida y derecho de las generaciones futuras.
Reutilizan el agua de lluvia para la huerta, aprovechan la luz solar para no tener que abusar de la luz artificial y controlan la temperatura y la ventilación al milímetro para reducir la necesidad de aire acondicionado. Por supuesto producen su propia energía renovable y gran parte de las hortalizas y especias que se consumen allí.
Obviamente, este es uno entre un millón, pero está sirviendo de inspiración y de ejemplo a muchos otros.
Duerme sostenible
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el pasado mes de marzo, las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural aumentaron un 61,7%.
El número de personas que buscan un destino turístico ecosostenible no para de crecer. La experiencia de unas vacaciones eco conlleva mucho trabajo previo de hoteles y espacios dedicados al alojamiento para poder ser considerados uno de los ejemplos de turismo sostenible. Para ello es necesario que:
- Gran parte de su consumo sea renovable.
- Cuente con iluminación LED, ya que el consumo en iluminación usando este tipo de bombillas se reduce hasta un 80%.
- No se olvida del agua y tiene implementados sistemas de recuperación.
- Reduzca, reutilice y recicle.
- Todos los materiales que sea posible serán reciclados o biodegradables.
- Su construcción y los materiales empleados, también tienen que ser sostenibles. El ecodiseño y la bioconstrucción no se pueden pasar por alto.
- Proteja su entorno favoreciendo la biodiversidad y ayudando a la conservación del ecosistema del que forma parte.
- Fomente el empleo local, porque la sostenibilidad nos incluye y un empleo justo, de calidad y para las personas más cercanas también lo hace más eco.
- Se nutra de productos de proximidad, tanto en el restaurante que pueda o no tener ese hotel como en las telas y mobiliario.
- Apoye a emprendedores locales generando comunidad y red sostenible a su alrededor. Solo así se generará un turismo sostenible para el desarrollo de la localidad y sus gentes.
Existen ya algunas eco etiquetas turísticas, pero aún en desarrollo. Esperemos que cada vez veamos más. Por ahora, ya sabemos qué buscar y en qué fijarnos para tener nuestro verano sostenible. Y sobre todo, sabemos qué es lo único que podemos dejar tras nuestras vacaciones: nuestras huellas en la arena y poco más.