Zero Waste: que es y como empezar a trabajarlo
Seguro que habéis escuchado alguna vez el concepto residuo cero o zero waste. De forma resumida es el conjunto de acciones y principios para evitar generar residuos y reaprovechar todos los materiales de un producto.
En la sociedad consumista en la que nos encontramos, donde se producen muchos productos de usar y tirar que generan toneladas de residuos que pueden llegar a los espacios naturales, la filosofía zero waste es una idea muy interesante.
Inicios del zero waste
Este movimiento nació a principios de siglo XXI con la creación de las primeras organizaciones para el fomento de las prácticas residuo cero, como Zero Waste International Alliance, y de las primeras iniciativas públicas, como el objetivo establecido por la entidad de gestión de residuos de California.
Con el tiempo, las iniciativas para la prevención de residuos fueron ganando notoriedad en Estados Unidos y en Europa, sobre todo en Alemania y Suiza, con la creación de nuevas entidades. Más y más personas empezaron a seguir los principios del residuo cero y adquiriendo un estilo de vida en el que no se generaran residuos.
El auge del zero waste permitió que cada vez se presionara más a las empresas para que dejaran de usar productos de un solo uso y empezaran a tener alternativas reutilizables, una lucha que hoy sigue en pie. Sobre todo, teniendo en cuenta que, en el mundo, solo se recicla 9% del plástico mundial.
Algunas medidas que se han empezado a usar en algunos países, como España, es el cobro de las bolsas de plástico en las tiendas o los impuestos a las empresas que generan productos de un solo uso (como las pajitas para bebidas). De esta manera, se incentiva al cambio a la ciudadanía y se fuerza a las empresas a tener alternativas para la elaboración de sus productos.
Una vida zero waste
¿Es posible vivir una vida sin producir residuos? Lo es, pero también es cierto que no es fácil y que depende de dónde residas. Al fin y al cabo, si vives en una zona rural, con huerto y con productos de proximidad, es más factible que generes menos residuos que en una ciudad.
Aun así, también es posible acercarse a este estilo de vida en las zonas urbanas. Y para ello es necesario seguir las 5 R definidas por la Zero Waste International Alliance:
- Reducir la compra de productos envasados o con materiales de un solo uso;
- Reaprovechar los productos o los materiales para que tengan una vida útil más larga;
- Rechazar los productos o materiales que realmente no necesitemos;
- Rot, o como se dice en español, compostar, para poder aprovechar la materia orgánica y obtener abono natural;
- Reciclar los residuos que no puedas evitar generar para que puedan ser reutilizados en otras fases de su ciclo de vida.
Como veis, en una zona rural es más fácil aplicar estas medidas, sobre todo la del compostaje. Pero es cierto que las ciudades, sobre todo las que están más comprometidas con el medio ambiente, permiten reciclar los residuos orgánicos para obtener abono y biogás, así que se podría considerar una alternativa viable.
La práctica de una vida que no genere residuos es complicada y requiere un gran esfuerzo por parte de las personas, pero es cierto que se puede alcanzar a nivel de sociedad mediante la economía circular. Es decir, quizá en casa llegamos a un momento que no podemos reducir más los residuos generados, pero si reciclamos correctamente y/o donamos los materiales y productos que no podemos usar, otras empresas o entidades podrán reaprovechar estos elementos para crear nuevos productos o materiales. Así, se cierra un círculo y los residuos de unos se convierten en los recursos de otros.
Productos zero waste
El auge de este movimiento ha permitido la creación de un mercado de productos que favorecen el zero waste y que ayudan a reducir los residuos que generamos. Podemos encontrar desde los recipientes reutilizables para la comida (los tápers de toda la vida) a potes de productos higiénicos rellenables que se pueden usar infinidad de veces.
Este sector también propone la eliminación del plástico en los productos, de manera que si se rompen o su vida útil ha terminado, se puedan reaprovechar o reciclar de forma fácil sin generar un residuo que se acumule. Podemos encontrar desde cepillos de dientes de bambú, estropajos con fibra de coco o botellas de cristal.
Otra opción son los cosméticos naturales sin envases, de los que ya hablamos en Ecólatras hace un tiempo.
Y hablando de Ecólatras, tenemos varias iniciativas que fomentan el zero waste con sus productos y acciones, como:
- Compostaje en el CEIP S’Algar (Baleares)
- Cleanwave.org (Baleares)
- Minima Organics (Barcelona)
- Mailaif Zero Waste (La Rioja)