Estado de los acuíferos en España

En los últimos meses ha sido noticia la frágil situación del acuífero de Doñana, vital para la población de la zona y para la supervivencia del Parque Nacional más emblemático de España.

El uso indiscriminado de los recursos que contiene, la llamada sobreexplotación, es la principal causa del deterioro que está sufriendo el acuífero. Pero antes de entrar en detalle sobre este tema, explicaremos qué es un acuífero, cómo se forma y qué importancia tienen en España.

 

¿Qué es un acuífero?

 

 

Podemos definir un acuífero como la capa o las capas subterráneas que tienen la suficiente porosidad y permeabilidad para permitir un flujo de agua subterránea o su extracción en cantidades significativas. También se pueden encontrar acuíferos en los huecos de las formaciones rocosas.

Es decir: un acuífero es la acumulación de agua subterránea bajo el suelo y está limitada por otras capas impermeables que contienen el líquido, permitiendo su circulación o no.

Se calcula que un 30 % de toda el agua dulce disponible en el mundo es subterránea y puede abastecer grandes áreas superficiales. Su importancia es tal que se calcula que puede abastecer a un tercio de la población mundial.

Los acuíferos se forman gracias a la lluvia que cae sobre la superficie y se filtra en el suelo hasta llegar a las capas impermeables que impiden su paso y facilitan su acumulación. El nivel superior al que llegan los acuíferos se llama línea freática: esta puede subir y estar más cerca de la superficie si llueve más o bajar y ser más profunda si no llueve o se extrae demasiada agua.

Esta línea freática es la que hace que, a veces, ríos y lagunas puedan tener agua cuando llueve (incluso si no ha llovido en las cabeceras de los ríos) y secarse cuando no hay precipitación en la zona.

La existencia de los acuíferos tiene una importancia tremenda porque son fundamentales para el correcto funcionamiento del ciclo del agua, mejoran la resiliencia al cambio climático, actúan como garantía de suministro de agua en períodos de escasez, reducen el riesgo de inundaciones y muchas personas dependen de su agua.

Desafortunadamente, en la actualidad se enfrentan a numerosos peligros como las sequías, la sobreexplotación, la intrusión salina (entrada de agua de mar) y la eutrofización (por el aumento de nutrientes como nitrógeno y carbono).

 

Acuíferos en España

 

 

En España hay más de 800 masas de agua subterráneas, entre las que encontramos algunos de los acuíferos más importantes como los que alimentan Doñana, las Tablas de Daimiel o el mar Menor. Se calcula que los acuíferos españoles cubren más del 90% del territorio y abastecen a cerca del 15% de toda la población, así como a muchos espacios naturales como los mencionados anteriormente.

Los cuatro acuíferos más importantes que hay en España son:

• Cuenca del Ebro: con 105 masas de agua subterránea.
• Cuenca del Júcar: 90 masas de agua subterránea.
• Cuenca del Duero: 64 masas de agua subterránea.
• Cuenca del Segura: 63 masas de agua subterránea.

Desafortunadamente, de todas estas masas de agua, un 44 % (más de 350) se encuentran en mal estado. El estudio, realizado por Greenpeace, destaca que se trata de un fenómeno que se arrastra desde hace años y que aún no se ha resuelto, incumpliendo varios objetivos ambientales fijados en la Directiva Marco del Agua, de la Unión Europea. Entre estos acuíferos, encontramos los que existen en las cuatro cuencas mencionadas, más los de las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir.

Los principales motivos que han provocado su mal estado son un exceso de contaminación (nitratos, plaguicidas, metales…), la sobreexplotación (se saca más agua de la que entra) o ambos.

Respecto a la contaminación, los causantes son la entrada masiva de compuestos de nitrógeno provenientes de los nutrientes y fertilizantes usados en la agricultura y de los purines originados en las macrogranjas. Estos compuestos se acumulan en el agua y pueden provocar eutrofización: su aumento provoca un sobrecrecimiento de organismos que terminan dejando el agua sin oxígeno, impidiendo la presencia de vida. Es lo que ocurre en el Mar Menor.

Respecto a la sobreexplotación, os lo contamos con más detalle en el siguiente apartado.

 

Sobreexplotación de acuíferos en España

 

 

Un 30% de los acuíferos en mal estado que hay en España se deben a la extracción excesiva de agua, lo que provoca una disminución del agua y una bajada del nivel freático. Esto significa que los pozos que se han creado para sacar el agua deben hacerse más profundos aún, con el consecuente coste económico.

Además, la extracción excesiva de agua y la bajada del nivel freático implican dos fenómenos más: no llega agua a los ríos ni espacios naturales que dependen de ellos y puede favorecer la entrada de agua marina si el nivel freático se sitúa bajo el nivel del mar.

Este último fenómeno, llamado intrusión salina, provoca que el agua de ese acuífero deje de ser potable y no se pueda usar para el ser humano. Al mismo tiempo, afecta a los ecosistemas que abastece, ya que muchas especies no toleran la salinidad.

Aunque es cierto que la prolongada sequía que estamos teniendo en España, mucho más acentuada en la zona mediterránea, he impedido la recarga de los acuíferos gracias a la lluvia, la principal causa de sobreexplotación son los pozos ilegales.

Y en este punto hay que destacar cuatro puntos negros, de acuerdo con un estudio de WWF España:

• Daimiel (Castilla-La Mancha);
• Mar Menor (Murcia);
• Doñana-Aljarafe (Andalucía);
• Los Arenales (Castilla y León).

Doñana es el caso paradigmático y que más noticias ha generado, seguido del Mar Menor, pero el caso de Daimiel es igual de flagrante, pues pone en peligro otro parque nacional: Las Tablas de Daimiel.

De hecho, hace tiempo que Las Tablas de Daimiel necesita de agua bombeada desde los acuíferos, porque en la zona se riegan de forma ilegal más de 51.000 hectáreas de cultivos. Con los datos del estudio de Greenpeace, se extrae más de un 300% del agua que debería extraerse para que fuera sostenible.

Esta extracción de agua excesiva agravará la falta de agua del país con el cambio climático. Solo hay que ver Doñana con la sequía actual. Y es una situación que irá a más si no se aplican medidas urgentes para acabar con estos pozos ilegales.

 

Proteger los acuíferos

 

La única forma de evitar la desaparición de los acuíferos, con las gravísimas consecuencias que tendrá a nivel ambiental, social y económico, es cerrar los pozos, endurecer las penas y empezar a hacer un uso racional del agua.

Además, hay numerosas soluciones que pueden ayudar a mejorar su estado, como podría ser la reforestación en las zonas de captación de agua de los acuíferos. Los suelos con vegetación filtran mucho mejor el agua que los suelos desnudos.

Un par de iniciativas sostenibles que pueden ayudar en este sentido son Replanta, un proyecto Ecólatra que tiene como objetivo plantar bosques, sobre todo después de incendios forestales, y el Proyecto Valdañe, que busca crear un bosque para mejorar la biodiversidad y el entorno natural de la zona.

La reutilización del agua, como la que propone el Camping Los Escullos, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, a través de las aguas grises, puede ayudar a quitar presión de los acuíferos. Igual que la creación de plantas desalinizadoras y la mejora de las depuradoras.

Solo disminuyendo la intensidad con la que se extrae el agua de los acuíferos y mejorando los controles para evitar el vertido de contaminantes en el suelo podremos lograr que estas masas de agua tengan un estado aceptable.

Pero nada de esto servirá al 100% si no empezamos a hacer un uso responsable del agua. La supervivencia de los acuíferos es muy importante para la población española de cara a los efectos del cambio climático. Sin ellos, tendremos problemas muy serios.