Posada con encanto Casa de La Sal

En el corazón de Candelario, entre las majestuosas montañas y la historia que susurra entre las calles empedradas, se encuentra La Casa de la Sal. Este tesoro del siglo XVIII, antaño fue una bulliciosa fábrica de embutidos, que la principal actividad económica de la zona. Renace en 2002 bajo una nueva luz, gracias al ingenio de dos visionarios empresarios que vieron más allá de las paredes de piedra en darle un nuevo uso a este emblemático edificio. Testigo y protagonista de los avatares de la historia en Candelario.

La esencia de este lugar emana de su compromiso con la sostenibilidad, un compromiso que se refleja en cada detalle de su actividad y restauración. Al rehabilitar este emblemático edificio, nos aferramos a los materiales de la zona, conservando la historia en cada teja, suelo y pared. En lugar de construir una nueva estructura, con rehabilitación de un edificio antiguo aprovechamos los recursos ya existentes, reduciendo así la demanda de materiales de construcción y minimizando el desperdicio. De esta forma conservamos la identidad cultural y arquitectónica, manteniendo viva nuestra historia y proporcionando un sentido de arraigo a la comunidad y a los visitantes. Al utilizar materiales locales y técnicas de construcción sostenibles durante la rehabilitación, se reduce la huella de carbono asociada con el transporte de materiales y la producción de nuevos elementos arquitectónicos.

Nuestros pequeños gestos, como el uso de jabón ecológico en frascos rellenables para nuestros huéspedes que evitan el desperdicio continuo de monodosis y la contratación de personal local, tejen un tapiz de conexión con la comunidad que nos rodea.

En La Casa de la Sal, cada ingrediente tiene un propósito más allá de su sabor. Desde las carnes hasta las verduras, todo proviene de comerciantes locales o de huertos vecinos, apoyando así la economía de nuestro pueblo y reduciendo nuestra huella de carbono al no ser necesario ningún transporte. Conscientes del impacto de nuestros actos, optamos por alternativas ecológicas en cada paso: desde dispensadores de aceite para comidas y desayunos, hasta bombillas LED y sistemas de ahorro de agua en cisternas y grifería.
Pero nuestra misión va más allá de los límites de nuestra posada. Invitamos a nuestros huéspedes a sumergirse en la naturaleza virgen que nos rodea, explorando rutas en bicicleta y senderos que serpentean entre los picos nevados y los valles verdes, fomentando así un turismo y una mobilidad consciente y respetuosa por nuestro entorno. En cada visita guiada, en cada paseo por nuestros espacios naturales protegidos, sembramos semillas de conciencia y respeto por nuestro entorno para que también lo puedan disfrutar futuras generaciones.

En La Casa de la Sal, no solo buscamos ofrecer un refugio para el cuerpo, sino también para el alma. Aquí, la sostenibilidad se entrelaza con la hospitalidad, creando un eco de armonía que resuena en cada rincón. Te invitamos a ser parte de esta historia, donde el pasado se fusiona con el presente para construir un futuro más verde y luminoso para todos.