Resumen de la iniciativa:
Sobre la rica historia de un antiguo lagar de sidra que se erige con más de un siglo de existencia, nace El Lagar de Luarca queriendo mantener la autenticidad y a la esencia de tiempos pasados. Al conservar las paredes originales, hemos tejido una nueva narrativa en perfecta armonía con la esencia del lugar, preservando así la memoria de este rincón centenario.
La construcción de nuestro refugio se ha realizo eligiendo materiales autóctonos como madera de castaño, pizarra y otros materiales de nuestras inmediaciones, honrando las raíces que se entrelazan con cada rincón de este antiguo lagar. Cuidando de la eficiencia energética, hemos implementado un sistema de aerotermia y luces LED en nuestra iluminación.
En nuestros jardines extensos de 15000m2, la naturaleza local se despliega en su máxima expresión. Árboles autóctonos como el castaño y el roble dan sombra, mientras que los campos de manzanos, limoneros, naranjos, nogales y avellanos se entrelazan en un paisaje vibrante y fructífero, de esta forma promovemos la biodiversidad, la conservación de especies locales y contribuimos a la captura de carbono, y proporcionando hábitats naturales para la fauna, fortaleciendo así el equilibrio ecológico y la resiliencia ambiental.
Disponemos también de gruesos muros y ventanas de doble acristalamiento, asegurando un aislamiento térmico y de humedad que envuelve a nuestros huéspedes en comodidad y serenidad.
Comprometidos con la sostenibilidad, hemos optado por dispensadores rellenables de jabones y un enfoque integral en la gestión de residuos. Más allá de las paredes de nuestro refugio, las vacas pastan en el prado, convirtiéndose en parte vital del entorno y despertando una conciencia rural entre nuestros visitantes sobre la vida y usos del campo.
Integrados con nuestra comunidad, El Lagar de Luarca ayudamos al desarrollo local. Desde el inicio, contratamos personal de la zona y fomentamos el comercio local, recomendando con entusiasmo los tesoros escondidos de la región, desde pequeños comercios hasta auténticos restaurantes locales.
Queremos autodenominarnos pequeños embajadores de la riqueza asturiana, ofreciendo cestas de productos típicos, desde la emblemática botella de sidra hasta quesos autóctonos y salsa de tomate casera entre otro productos típicos. Producimos también mermeladas caseras, elaboradas con los frutos que nacen de nuestros árboles, endulzando así la experiencia de cada visitante.
El Lagar de Luarca no es simplemente un alojamiento; es una historia viva que se despliega en cada rincón, un lazo entre el pasado y el presente, entre la tradición y la sostenibilidad. Aquí, cada visita es un viaje hacia la autenticidad, donde la naturaleza y la comunidad se entrelazan en una danza armónica, dejando una huella imborrable en el corazón de aquellos que nos eligen como su refugio rural sostenible. ¡Vótanos!