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Rebaños de ovejas: una solución natural y eficaz para evitar incendios

Rebaños de ovejas: una solución natural y eficaz para evitar incendios

Cambio climático 04 / 09 / 2024

Cada año, los incendios forestales arrasan miles de hectáreas en todo el mundo. Su número e intensidad van en aumento y en un número creciente de regiones de España el riesgo de incendio es muy elevado.

Aunque los métodos tradicionales para combatir el fuego y prevenir los incendios (como los cortafuegos y las brigadas forestales) son efectivos, suelen ser costosos y limitados en alcance. Como alternativa, ha surgido el aprovechamiento del pastoreo. Sin saberlo, solo por alimentarse, las ovejas, cabras o vacas, están cumpliendo un nuevo papel: ahora son “bomberas”. Una medida que puede parecer rompedora, pero que, en realidad, tiene sus raíces en la tradición de la trashumancia.

 

Los incendios forestales: causas y consecuencias

 

 

Los incendios forestales son tan antiguos como los propios bosques y puntualmente necesarios, ya que han moldeado los ecosistemas durante millones de años. Sin embargo, en los últimos 100 años su número ha crecido de forma dramática en todo el mundo. Se combinan muchas causas, aunque la principal es la acción del ser humano. 

Causas naturales. Una de las más comunes es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas, sobre todo si no van acompañadas de lluvia. Otra causa lógica es la actividad volcánica. 

La acción humana. Algunas conductas, como tirar colillas o abandonar vidrio en el campo, pueden encender un fuego. Por otro lado, están los incendios provocados, algunos de ellos organizados.

Cambio climático. Con la subida de temperaturas y la ausencia de lluvias los entornos son más secos y propensos a eventos más devastadores.

Abandono del entorno rural. Antes había más campos y más zonas de transición entre el bosque y los pueblos. Se ha perdido mucho saber acerca de cómo mantener ese paisaje y reducir el riesgo de incendios. 

Los incendios tienen consecuencias directas sobre la pérdida de la biodiversidad, empobreciendo la riqueza faunística y vegetal. En muchos casos se trata de pérdidas irreparables. También degradan el suelo e incrementan el riesgo de deslizamientos de tierra. El ciclo hidrológico de una cuenca se puede ver afectado, al cambiar las tasas de infiltración del agua y la disponibilidad de la misma o perjudicar la calidad del agua. Además de todo ello, los incendios forestales aceleran el calentamiento global: los fuegos son grandes emisores de CO2. Otra consecuencia es que afectan a la economía rural; esto incrementa el abandono del campo que es, como hemos visto, un factor agravante (se entra en un círculo). 

 

Ovejas, vacas o cabras: un enorme cuerpo de “bomberas”

 

 

Según datos de la Unión Europea, en el continente hay alrededor de 98 millones de ovinos y caprinos, distribuidos en unas 850.000 explotaciones de ovejas y 450.000 de cabras y unos 78 millones de bovinos.

En España, se estima que hay unos ocho millones de ovejas y unas 600.000 cabras, que serían capaces de mantener libres de incendios aproximadamente un millón y medio de hectáreas de bosque con su actividad. Un solo rebaño, dependiendo de su tamaño, puede limpiar entre 90 y 2.500 hectáreas de pasto. Una cabra adulta consume entre 1,5 y 2,5 kilos de vegetación seca al día, mientras que una oveja adulta puede ingerir entre dos y tres kilos diarios.

Otros animales que también se usan para estos fines son los caballos, como vimos en este artículo sobre la iniciativa ecólatra Caballos en libertad. 

 

¿Cómo funciona esta solución natural de prevención de incendios?

Al pastar, este “glotón” ejército de ovejas bomberas limpian el sotobosque y reduce el pasto seco. También se alimentan de la vegetación que crece en primavera, reduciendo el riesgo de que se convierta en combustible durante los días más calurosos.

 

 

Pero es que, además, van delimitando los perímetros y creando zonas seguras y estratégicas para sus “compañeros”, los bomberos humanos. El pastoreo extensivo y controlado es empleado en áreas de cortafuegos, fajas auxiliares y pistas forestales: reducen la carga a los programas de desbroce que usualmente llevan a cabo los bomberos y retenes y facilitan que estos tengan un mejor acceso en el caso de que se produzca un incendio (por ejemplo, a lo alto del monte). En algunos casos, ya es la principal intervención preventiva.

Equipos técnicos se encargan del funcionamiento de estas redes, determinando las zonas más apropiadas en coordinación con centros operativos regionales y seleccionando a los ganaderos participantes bajo estrictos criterios. 

 

Los desafíos que presenta esta solución

Hay un gran reto para aplicar esta solución. Y es que, como es sabido, gran parte de España está “vaciada”. Desde Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), insisten en que el despoblamiento del medio rural y el abandono de la actividad agrícola y ganadera propician el crecimiento desmesurado de la vegetación y un mantenimiento deficiente del entorno que deriva en un mayor riesgo de incendio.

Ante la falta de profesionales del campo y de un relevo generacional de los mismos, se vuelve más complicado encontrar suficientes (y apropiados) rebaños de ovejas, cabras o vacas “bomberas”.

 

El icónico “Ramats de foc” y otros proyectos en marcha

Dada la eficacia de esta solución para prevenir y combatir incendios, empiezan a sumarse programas de este tipo por toda la geografía española. 

“Ramats de foc”, en Cataluña.

El pionero proyecto “Ramats de foc” (Rebaños de fuego) de la Fundación Pau Costa, en Girona, es uno de los más relevantes (e incluso, premiado). Busca conseguir una masa forestal más resistente al fuego, trabajando también mano a mano con los bomberos locales. Para mantener en marcha su actividad, favorecen la continuidad de la actividad ganadera extensiva en el territorio, poniendo en valor los servicios ecosistémicos que aporta y comercializando los productos de las ganaderías participantes bajo su sello.

 

Plan RAPCA de la Junta de Andalucía. 

En Andalucía, los ganaderos actúan asesorados por técnicos de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul y la Agencia de Medio Ambiente y Agua. También se promueve el desarrollo sostenible y se revaloriza la labor del pastor.

 

 

Otras iniciativas

En Canarias, islas azotadas por grandes incendios (como el de La Palma), los cabildos pagan a los ganaderos por esta labor, por considerarla un «servicio público esencial».

El programa de la Comunidad de Madrid ha permitido que se pastoree miles de cabras, ovejas, vacas y caballos, cubriendo 2.510 hectáreas en 57 municipios.

Por su parte, la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, ha desarrollado un programa al que han bautizado “Oveja Bombera”.

Las asociaciones ecologistas apoyan estas medidas. Es el caso de WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza, por sus siglas en inglés), que ha desarrollado el informe “Pastoreo contra incendios” y que sugiere que la ganadería extensiva –aquella que aprovecha eficientemente los recursos naturales– puede y debe contribuir a una gestión sostenible del territorio. 

 

Iniciativas de Ecólatras que ponen en valor el entorno rural

Como hemos visto, promover la acción ganadera responsable y recuperar la sabiduría rural son objetivos prioritarios para conservar la riqueza económica del campo, así como sus ecosistemas. En esa línea trabajan estas iniciativas ecólatras: 

¡Ruralízate! Conecta con la sabiduría del entorno rural. De los ecólatras Nansa Natural.

Microheladería trashumante campo a través. De los ecólatras del mismo nombre.

Los caserinos: abriendo las puertas del campo. De los ecólatras Los caserinos. 

Ecólatras, ¡volvamos a conectar con el campo y el entorno rural! 

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